El ejercicio es una de las herramientas que ayuda a mejorar nuestra salud. Para las personas con Fibrosis Quística es una práctica que mejora significativamente la función pulmonar. Además, ayuda a tener un mejor control del azúcar en sangre, aumenta el apetito, favorece el desarrollo de fuerza muscular, entre otros.

Actualmente se considera una parte fundamental del tratamiento y una actividad que debe ser incorporada dentro de la rutina diaria. De ser posible, se recomienda iniciar con un programa establecido por un profesional para lograr una carga adecuada.