Las personas con Fibrosis Quística tienen niveles altos de sal en el sudor.
El investigador Paul di Sant’Agnese dedicó su vida al estudio de la FQ y gracias a él existe evidencia de este síntoma.
Una ola de calor en Nueva York llevó a observar que los niños con esta patología tenían un mayor riesgo de deshidratación.
El estudio del sudor comprobó que la cantidad de sal era mayor de lo habitual y gracias a estos resultados se desarrolló lo que hoy conocemos con el test del sudor.
Esta prueba sigue siendo fundamental para el diagnóstico de la Fibrosis Quística.